Al Presidente Piñera le encanta hablar del país como si fuera una persona, dijo que la pobreza es “una herida en el alma y corazón de Chile”. Yo les mostraré una foto de este personaje llamado “Chile”.
El sol acaba de salir y alumbra con tímidos rayos de luz a Santiago. Es invierno y el frío llega hasta los huesos, de verdad que no exagero. Ando en bicicleta con cierto apuro. Gran parte de mi recorrido es por la Avenida Las Industrias y paso por afuera de la población La Legua. Veo pobreza material. Sigo pedaleando en el ambiente espeso, mezcla de fría bruma y esmog, más bien hediondez a plástico, combinado con olor a leña quemada, y a la altura de Sierra Bella con Placer, veo durante cinco segundos una imagen que en realidad lleva toda una vida en mi memoria: indigentes que viven entre fábricas de plástico, tratando de aplacar el frío haciendo fuego con leña y basura. No habitan en medias aguas, si no que en estructuras hechas de bolsas y uno que otro palo que pillaron. Su único vehículo es un carro de supermercado que usan para salir a recolectar cachureos.
Desde que tengo razón de ser y paso por ese lugar, el panorama no ha cambiado en lo más mínimo. Señores, la verdadera pobreza es la del espíritu.
No hay comentarios:
Publicar un comentario